Uno de los factores clave en el éxito de toda empresa es el capital humano, por lo que elevar el nivel de los equipos de trabajo debe ser unas de las acciones más importantes para lograr el crecimiento de la compañía.
Facultar a los trabajadores beneficia tanto a ellos como a la empresa; es una forma efectiva de transmitir el valor que tienen a la organización, lo cual repercute en el sentimiento de pertenencia y felicidad laboral.
En el caso empresarial, facultar significa brindar conocimientos, habilidades y experiencia, para que las personas puedan desarrollarse de manera eficiente en su puesto de trabajo. Por ello, elevar el nivel del equipo debe ser una responsabilidad del líder.
Independientemente de qué tan preparado esté cada quien, todos tienen la capacidad de liberar su potencial en diversos aspectos. Para lograrlo el líder debe de:
- Facilitar el acceso a nuevos conocimientos.
- Tener la habilidad de llevar los conocimientos a la práctica. Esto es importante porque el mundo académico regular no lo hace, así que el líder tendría que crear el área para que la gente aprenda en términos de conocimiento, lo lleve a la práctica, y lo aterrice en su día a día.
Asimismo, los líderes deben procurar un entorno donde se fortalezca la fuerza de voluntad; y la motivación y retroalimentación son piezas claves para ello.
Interesarse por las metas individuales de los colaboradores, celebrar sus logros y facilitar las herramientas para aprender habilidades o conocimientos nuevos son formas efectivas de motivar a los trabajadores.
En tanto, la retroalimentación debe ser parcial, justa, y crítica. Así como es importante subrayar el trabajo bien hecho, es igual de crucial enfatizar las áreas de oportunidad y trazar nuevos retos.
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Facultar a los empleados no necesariamente significa brindarles conocimientos técnicos, también pueden ser habilidades intrapersonales, como el liderazgo, la comunicación y la inteligencia emocional, por mencionar algunos.
Al liberar el potencial de los distintos equipos de trabajo, de forma natural se libera el potencial de la empresa. Sin embargo, es importante señalar que se trata de un proceso que requiere de paciencia, ya que a corto plazo los beneficios no son tan obvios.
Aunque se debe invertir tiempo y recursos, a mediano y largo plazo los beneficios van más allá de la producción y productividad corporativa; se trasladan también al ambiente laboral y a la marca de la compañía, la cual se vuelve más atractiva para retener al personal y atraer nuevos talentos.
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