Sumar talento debido al crecimiento empresarial, o para cubrir un puesto vacante, requiere de un proceso bien definido de incorporación y adaptación para los nuevos integrantes, con el fin de que dicha integración sea exitosa. Para ello es importante contar con un plan que nos permita incorporar de la mejor manera al nuevo talento, como lo es el proceso de onboarding.
¿Qué es el onboarding?
Una de las principales preocupaciones de las personas que inician un nuevo empleo es integrarse a un nuevo ambiente laboral, ya que además de las tareas propias de su puesto, un trabajo también significa convivir en un espacio con nuevas personas y nuevas reglas.
Afortunadamente, los especialistas de recursos humanos, como lo son las empresas tercerización de personal, han desarrollado estrategias para una incorporación más rápida y amigable.
El onboarding es un programa de tiempo definido –puede tomar hasta 90 días– de carácter proactivo y es realizado en ambos sentidos, de empresa a empleado y viceversa.
Es importante no confundirlo con los procesos de inducción, los cuales son realizados de forma unilateral – de la empresa al empleado – y de carácter meramente informativo, en donde se privilegian temas como reglamentos y lineamientos generales de la empresa.
El onboarding es un plan más completo progresivo y diseñado, con el objetivo de que el nuevo empleado logre desempeñarse de forma eficiente en sus funciones y tenga todas las herramientas necesarias para integrarse rápidamente al trabajo y familiarizarse con la empresa y su cultura.
Usualmente, este proceso contempla ocho grandes rubros:
- Recibimiento
- Trámites de contratación.
- Información de la empresa y cultura organizacional.
- Políticas y reglamentos de la empresa.
- Descripción del puesto laboral.
- Equipo de trabajo.
- Aprendizaje y capacitaciones.
- Evaluación de desempeño.
Proceso ideal para la adaptación a la cultura laboral
Este proceso funciona de manera particular para que el empleado comience a trabajar de forma autónoma, pero también para establecer relaciones personales y sentirse identificado con la misión y visión de la empresa.
Si ya tienes identificados los factores clave de tu cultura y ambiente laboral, esta tarea de adaptación resultará más sencilla.
>>Conoce estrategias para construir una cultura laboral sólida<<
En un proceso ideal, durante la fase de reclutamiento y selección se comunica la misión, visión y los valores de la empresa. Una vez que se tiene al candidato seleccionado, toda la información se amplia y comunica bajándola a un nivel más personal.
Durante los primeros días, en los cuales el nuevo integrante conoce cómo realizar su trabajo, es importante que sepa cuales son las expectativas reales que la empresa tiene sobre su incorporación, así como las actitudes que van acorde a la cultura empresarial. Una forma efectiva de transmitir esto es por medio de ejemplos reales o con la historia de la compañía y la discusión de casos de éxito, los errores y las lecciones que se han aprendido.
En esa primera semana también es de suma importancia que el nuevo integrante conozca a los directivos, líderes de área e incluso a aquellos con los que no tendrá una interacción directa, de esta manera el sentido de pertenencia e integración será mayor y evitará momentos de duda.
Finalmente, la manera de conseguir un exitoso modelo de onboarding es a través de la repetición y de la suma de integrantes clave al proceso. Quien recibe este tipo de incorporación debe ser capaz de brindarlo a futuros nuevos miembros del equipo, de esta forma se enriquecerá el proceso al introducir cosas nuevas o inquietudes que estas personas vivieron en su momento y que tal vez en un principio no fueron atendidas.
Una empresa especializada en tercerización de personal y recursos humanos puede asesorarte con las mejores prácticas tanto en el reclutamiento como en la gestión del capital humano de tu empresa. En Adecco nos convertimos en un aliado estratégico de tu negocio al asegurar el talento que requieren tus operaciones, bajo el mejor ambiente de trabajo.