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Reclutamiento de recursos humanos en el siglo XXI

El mundo del trabajo se encuentra en una era de constante transformación. Así lo retrató en 2016 el Foro Económico Mundial en el reporte El futuro del trabajo, en el cual se explica que, en la cuarta revolución industrial, modelo económico en el que convergen tecnologías digitales, biológicas y físicas, habrán de desaparecer alrededor de 7.1 millones de trabajadores entre el 2015 y el 2020 debido a la automatización de procesos y tareas.

Esta premisa refiere a que las empresas y las personas deben sacar provecho de formas de trabajo más flexibles y diversas; sin embargo, las políticas laborales y sociales, tanto a nivel local como global, no han acelerado lo suficiente su ritmo de cambio y actualización constante.

Lo anterior se debe a que los avances tecnológicos transforman en su totalidad el mundo laboral, comenzando por la productividad que emana de la relación empresa-empleado y de las habilidades que se requieren para incidir con éxito en esta economía digital.

Un nuevo contrato social

Si bien hay trabajos que se perderán, también están aquellos de nueva creación que hoy ya dependen totalmente de la investigación y el desarrollo tecnológico y, por ende, de mayor —y constante— especialización por parte de los trabajadores; específicamente, es aquí donde la integración de un nuevo contrato social entre empresarios, instituciones de gobierno y sector educativo debe ser redefinido.

Al respecto, en su reciente visita a México, durante el foro The Future of the Workorganizado por Adecco México y Coparmex, Alain Dehaze, CEO de Adecco Group, explicó que este contrato social “significa rediseñar procesos regulatorios para garantizar que todas las oportunidades de trabajo ofrezcan seguridad y sean sostenibles para los trabajadores y los negocios en sí”.

De hecho, un imperativo que detalla el reporte Time to act: creating a new social contract for work in te 21st century (The Adecco Group, 2018) es el que explica que “el aumento de la tecnología y en particular la economía de plataformas, donde aplicaciones digitales conectan a los trabajadores con los empleadores, ha permitido nuevas oportunidades y formas de trabajo”.

El tiempo apremia para satisfacer las necesidades del nuevo entorno laboral; y aún más cuando los obstáculos para ofertar trabajo formal crecen cada día, impidiendo procurar beneficios mutuos a organizaciones y empleados. Solo el diálogo entre empleadores y gobiernos podrá asegurar nuevos modos de afrontar y adelantarse a los retos futuros que hoy la tecnología nos plantea.