El liderazgo implica la coordinación y la supervisión de un equipo de trabajo con el objetivo de dirigir, organiza y motivar a sus integrantes. Así lo explica la Universidad de Kent en Inglaterra, al proponer que un buen líder usará una variedad de estilos de liderazgo de acuerdo a la situación, mientras que los líderes malos tenderán a caer en uno solo.
En la práctica, la mayoría de los líderes usan estilos de liderazgo orientados al cumplimiento de las tareas y enfocados en la medición de los resultados de las personas; no obstante, diferentes individuos también requerirán diversos estilos de gestión para administrar su rendimiento, tales como de corte flexible, participativo, democrático o incluso alguno que muestre autoridad.
Con ello, convertirse en líder requiere de:
- Asumir la responsabilidad de cumplir los propios objetivos y establecer prioridades.
- Mostrar una actitud proactiva tanto en situaciones exigentes o sencillas.
- Tratar de resolver problemas en lugar de pasarlos a otras personas.
- Ir más allá de la descripción del trabajo y hacer notar las tareas alcanzadas.
- Demostrar entusiasmo, lo cual siempre es bien recibido por las personas, y cuya actitud tarde o temprano conlleva sus recompensas.
- Anticipar posibles problemas, tomar medidas preventivas y actuar rápidamente para resolverlos.
- Introducir mejoras en la forma en que se hacen las cosas.
- Desarrollar prácticas innovadoras e incentivar el pensamiento creativo.
- Aprender nuevas habilidades y conocimientos que por ende ayudarán a mejorar la eficiencia y productividad en el cumplimiento de metas.
Respecto a la lista anterior, ¿qué acciones anteriores te es posible llevar a cabo para destacar en tu trabajo, así como en tu vida personal?, ¿cuál es la que mayor activo y beneficio te generará a corto, mediano y largo plazo.